¿Porque demandar una doula?

quiero doula
El deseo de entender mejor los cambios propios del embarazo y el parto hace que cada vez más personas demanden la presencia y el acompañamiento de una doula ya desde el embarazo.

Hay muchas razones para contratar una doula, pero la principal es que nos la merecemos. Todas las mujeres merecemos ser acompañadas como durante tantos años fuimos por otras mujeres, mujeres a las que escogemos y con las que nos sentimos bien.

El camino hacia la maternidad es una etapa fundamental en la vida de las mujeres, es la gran oportunidad y en muchas ocasiones lejos de ser un momento de crecimiento personal, de sosiego y de encuentro con la pareja suele ser un momento de desconcierto para la familia y sobre todo para la futura madre.

Muchas mujeres viven este proceso angustiadas en la búsqueda de información, y los datos que encuentran divergen bastante unos de otros. La información es diferente entre los mismos tocólogos, entre diferentes matronas, la vecina de abajo, tu madre, tu hermana que ya tiene varios niños, tus amigas, Internet...

Por otro lado, estamos tan desconectadas de nosotras mismas, tan lejos de una maternidad satisfactoria, tan apartadas de nuestro sexo, de lo que queremos y mas sensibles que nunca en este periodo. ¡¡ Mas sensibles que nunca ¡! Eso en nuestra sociedad esta mal visto, a todos nos recuerda a momento delicado, frágil, vulnerable, a lágrima fácil casi sin sentido. Lo sensible, lo femenino cayó en el saco que contrapesa a lo práctico y en esta sociedad en la que vivimos se nos insta a tener la balanza siempre bien equilibrada para no pecar ni de frío ni de sentimental.
¿Qué sucede con las mujeres embarazadas? Con sus emociones floreciendo por todo el cuerpo ¿Dónde poner esos sentimientos? ¿Con quien comparten lágrimas?

Cada mujer, cada embarazo es distinto, abre caminos diferentes en los que las sorpresas emocionales pueden pillarnos desprevenidas. Creo que la naturaleza es sabia y que no es casual, ni un “defecto de serie”, que precisamente durante el embarazo y el puerperio sea la etapa de nuestras vidas en la que mas sensibles estemos. Ser sensible es estar abierto a la vida, para lo bueno y para lo malo, es la oportunidad de conocer el mundo y a nosotras mismas desde otra perspectiva y enriquecernos con ella. Y me pregunto ¿Cómo sería el mundo, una sociedad construida desde la maternidad, desde lo femenino, desde lo sensible? Como sería…porque ya no lo es.
La maternidad se quedo en manos de la medicina, en manos de lo masculino…en manos de otros, que entienden que el embarazo es una enfermedad y como enfermas nos tratan. Hemos dejado nuestros momentos vitales en manos de una sociedad iatrogénica.

Por otro lado la red social con la que antiguamente una embarazada se acolchaba se desvaneció. El comadreo entre mujeres, el “peinarse unas a otras” se olvido. Nos pusimos la coraza y nos cuesta pedir ayuda, fortificamos las labores de casa y la crianza como nuestras y solo delegamos si pagamos por ello, ya no sabemos recibir sin dar nada a cambio.
Ahora las “super woman” metidas en nuestras casas, inmersas en nuestros trabajos hacia fuera y sin tiempo para pensar en lo que sentimos.
Hay muchas mujeres que creen tener lo suficiente con un marido de la mano y un buen equipo médico, yo fui una de esas… pero he visto y vivido algo diferente y ahora ya no podría volver a parir sin la ayuda de otras mujeres a mi lado.

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