Doula en el parto

doula y parto


Durante el parto la doula sobre todo no debe molestar.
Puede ser lo que la madre decida que sea, una sombra que está pero que no se la sienta o una presencia activa en quien la futura madre se sostiene.

Una doula debe estar muy atenta a las necesidades de la parturienta para que esta pueda centrarse en su trabajo y despreocuparse de todo lo exterior.
Las doulas son sostenedoras del camino hacia adentro.

Ofrece la complicidad suficiente para que la mujer se sienta segura.

Puede cuidar de otros hijos o dar apoyo al padre, hacer la comida, atender las llamadas de teléfono, limpiar la casa, hacer la comida… es decir todas aquellas cosas que durante el embarazo hablo con la futura mama que desearía. Si en el momento del parto la madre cambia de opinión y desea otra función de la doula, esta se ajusta a las nuevas necesidades, sin problemas.

Si el parto es en el hospital y se elaboró un plan de parto, la doula puede recordar al personal sanitario las preferencias de la madre, para que la futura mama no tenga que estar pendiente de nada.

Y es que, contar con este apoyo tanto físico como emocional es todo un regalo para la embarazada o la madre reciente. Muchas futuras mamás tienen miedos concretos, o no demasiado definidos: algunas buscan un tipo de parto en particular y necesitan que alguien les recuerde con frecuencia que son capaces de conseguir aquello que desean. La doula está ahí para ayudarles a lograrlo.

Estudios científicos demuestran que el acompañamiento de la doula facilita el proceso del parto, las contracciones duelen menos y se soportan mejor y hay menos necesidad de intervenir y de tener que utilizar fórceps o hacer una cesárea.
Para conseguirlo, la doula anima a la madre, refuerza su confianza y la ayuda a escucharse a sí misma y a elegir la mejor opción en cada momento.
Además, con todo su conocimiento logra que el parto sea menos estresante para el padre: le permite relajarse, decidir hasta qué punto quiere estar presente y le ayuda a acompañar a la parturienta de la mejor manera.

Una doula contratada para el parto debe estar un mes de guardia, y estar no más lejos de una hora de distancia del lugar donde se haya decidido dar a luz

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