Libertad y amor para el parto

Es cierto que la palabra libertad está muy trillada y que el derecho a la libertad nos suena a guerras de otros tiempos.
Lo mismo sucede con la palabra amor que nos encontramos hasta en la sopa.

Pero lo cierto es que son dos cosas básicas e imprescindibles para cualquier ser humano.

A mi me gustaría que fuéramos libres desde el inicio de nuestra vida, libres para nacer en el momento, en el lugar, de la forma y con la gente que decidamos.

Espero que os guste este poema.


Libre te quiero

Libre te quiero, como arroyo que brinca de peña en peña.
Pero no mía.

Grande te quiero, como monte preñado de primavera.
Pero no mía.

Buena te quiero, como pan que no sabe su masa buena.
Pero no mía.

Alta te quiero,como chopo que al cielo se despereza.
Pero no mía.

Blanca te quiero,como flor de azahar es sobre la tierra.
Pero no mía.

Pero no mía
ni de Dios ni de nadie ni tuya siquiera.

Agustín García Calvo(Canciones y soliloquios, 1976)

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